lunes, 25 de julio de 2016

El flamenco y el crecimiento personal, de la mano



FLAMENCURA

Flamenco-terapia para el desarrollo personal.

Presentación. La esencia

El flamenco y el crecimiento personal, de la mano

El destino nos hizo encontrarnos en la vida y se cruzaron nuestras trayectorias vitales y profesionales. Así nació este proyecto.


Un músico percusionista se topa con una psicóloga psicocorporal de orientación reichiana. Proceden de mundos profesionales aparentemente dispares, el mundo artístico, los escenarios, los tablaos, por un lado; del otro, el diván, la sala de dinámicas de grupo. Dos caminos aparentemente tan distintos se encuentran. Y convergen. Nace un intercambio. Se dan cuenta de que les mueve lo mismo, exactamente lo mismo: ¡ayudar a la gente!
“quiero emocionar, quiero que a la gente de a su alma la fuerza del flamenco”
“me gusta el flamenco, salvaje, sin ataduras, sin imposiciones”
“me siento en plena madurez personal y profesional, quiero transmitir”
“me doy cuenta de la importancia de conectar con nuestras emociones más profundas…”
Empiezan a acariciar la materialización de un deseo, una idea que les rondaba de hacía ya tiempo, sin forma definida, sin pulir, pero poderosa:

utilizar la fuerza del flamenco para ayudar.
 Hacer aflorar la expresión, aliviar tensiones y vitalizar.

Jesús López, percusionista, lleva toda una vida de entrega al público, saboreando experiencias intensas en los tablaos, los escenarios, la diversas salas en las que ha actuado, viendo cómo desde la autenticidad que ofrece mueve el sentir de los presentes.


Su flamenco, al que califica de “salvaje”, “sin aditivos”, es verdaderamente puro. Su hacer muestra la esencia de un cante y un ritmo que nació en el pueblo como forma expresiva sin más, con el único fin de dejar salir emociones y sentirse mejor con uno mismo, para llegar a una liberación personal y grupal también. Una vieja gitana decía  “cuando canto, mi boca sabe a sangre”.  










Por su parte, Encarna Leiva, a partir de su especialización en terapia reichiana, trabajando la expresión de emociones con el cuerpo, ha ido acercándose a los mediadores artísticos, y en concreto, a la danza, como formas de acompañar al crecimiento personal y la expansión vital. Tras asistir a una clase de cante y baile flamenco, de Andrés Cabrales,  se le abre a un nuevo mundo que, dicho sea de paso, la hace conectar con sus raíces andaluzas.
A partir de aquí se inicia un proceso de estructuración y materialización, y aquí os lo empezamos a ofrecer.


Un poco sobre terapia…
Terapia psicocorporal
El “yo” primero es cuerpo. Todas las emociones se fraguan en el cuerpo y habitan en él. Podemos decir que históricamente el precursor de las múltiples terapias corporales que actualmente conocemos, fue Wilhelm Reich, dicípulo directo de Freud. Tras darse cuenta de que era mucho más importante el cómo decía las cosas el paciente que el qué decía en sí, inició su propia línea de investigación que lo llevó a desarrollar todo un paradigma. Sin extendernos demasiado, diremos que hablaba de la potencialidad pulsátil del ser humano, que se va acorazando y debilitando a partir de una serie de trabas en el proceso evolutivo. Para devolver al cuerpo la vitalidad perdida, con la capacidad perceptiva y de contacto que ello conlleva, estableció todo un trabajo de desbloqueo actuando con el cuerpo. La sistemática que aplicó llevaba un orden coherente, de cabeza a pies (céfalo-caudal), y pasaba por los diferentes segmentos corporales hasta llegar a la pelvis.




Segmentos corporales
Brevemente los citamos:
·         Segmento ocular. Ojos, nariz y oídos. Es el asiento del contacto a distancia y de las áreas de integración
·         Segmento oral. Boca, mandíbula y anexos. Se relaciona con el acceso al placer oral.
·         Segmento cervical. Cuello, tórax alto, brazos. Elementos pregenitales, se relacionan con el narcisismo.
·         Segmento torácico. Donde se asienta la identidad biológica, inmunitaria, la diferencia yo-no yo.
·         Segmento diafragmático. El diafragma es una bomba impulsiva que participa en la respiración, circulación, digestión, fonación. Su bloqueo se relaciona con el masoquismo.
·         Segmento abdominal. Comprende músculos abdominales, paravertebrales y vísceras. La funcionalidad de este segmento es la absorción energética, eliminación de residuos, y depuración del medio interno. Es el pasaje a la genitalidad.
·         Segmento pélvico. Incluye la pelvis como estructura ósea, la musculatura del suelo pélvico y las piernas. Una buena carga energética aquí nos lleva a estar bien asentados para “ir hacia” el mundo y relacionarnos desde la seguridad, de forma saludable.

El proceso terapéutico (desde la orientación reichiana)
Desde el nacimiento, e incluso en la vida intrauterina, por las circunstancias de la vida, podemos sufrir un proceso de contracción vital que nos hace perder energía, nos quita parte de la pulsación expansiva,  el goce de vivir. La terapia, incidiendo sobre los segmentos corporales a partir de “actings” neuromusculares que nos conectan con nuestra historia, produce cierto ablandamiento de la coraza, llevando de nuevo al cuerpo a un más fluido funcionamiento.



Mediadores artísticos
Nos ayudamos de herramientas convergentes, de diversos campos, para nuestro trabajo de devolver la pulsación vital al cuerpo. Dentro de ellas, la expresión corporal es tremendamente importante. Este trabajo siempre tiene en cuenta el movimiento orgánico, llamado también biofuncional desde el prisma reichiano. Nos acercamos a los cuerpos de una forma sensitiva. En palabras de Joaquín Benito, de la asociación Alfa Institut: “El movimiento orgánico, es el movimiento natural, fluido, armónico, libre y equilibrado. El movimiento propio de un cuerpo sano, libre de tensiones, bloqueos e inhibiciones. La manifestación de un cuerpo sensible, flexible y expresivo”.


Y sobre el flamenco…

La fuerza del flamenco
Haciendo un repaso de diversas disciplinas, nos ha llamado poderosamente la atención la fuerza del flamenco para movilizar y desbloquear.
El flamenco transmite alegría, ganas de vivir, pero también saca la rabia, saca el quejío, el llanto, la desesperación más absoluta. Todas las emociones tienen cabida en el flamenco, que ayuda a canalizarlas, les da forma, las ennoblece y las respeta. A todas, todas las emociones, lo queremos destacar. Nos permite conectar con la completitud del ser humano, con sus luces y sus sombras.
Bailando, tocando, cantando, entra todo el  ser, estremeciéndose. La voz sale profunda, la mirada se puede clavar, se hincha el pecho, pisan fuerte las piernas en un taconeado contundente. Y de la rotundidad podemos pasar al sinuoso movimiento de manos, que parecen flotar, la cadera que se contonea, el paso que se enlentece…
El flamenco ofrece la oportunidad de sentir la respetuosa mirada del otro. Nada como el flamenco para entrar en el “Yo soy”. El flamenco favorece este “mírame, estoy aquí, admírame”. La identidad se refuerza con el aplauso, el jaleo, la mirada cómplice, el sentido de pertenencia. Todos en el corro tienen su lugar, su espacio y su tiempo. Todos “forman parte de”.


“Hemos mamado el flamenco, nos hemos impregnado de su fuerza desde nuestra más tierna infancia, ¡desde la cuna!. Nos ha ayudado tanto, nos ha aportado tanto en los vaivenes de la vida, que ahora nos apetece, nos sentimos en la obligación, de transmitir esa intensa experiencia”.
Así es que ofrecemos este curso completo, o una muestra del mismo (ver ambos en www.facebook.com/flamencura.flamencoterapia). Un tránsito por los segmentos corporales de la mano del flamenco para el desbloqueo de los mismos y abrir la percepción. Que fluya el río de nuestra energía.
“Vemos cómo en sus sillas, aplauden, gritan, lloran o explotan de alegría. Vamos a enfocarnos en ellos, vamos a darles protagonismo”
“He visto cómo necesitan mover los brazos, apretar firmemente los puños, llorar, desgarrarse. Démosles la oportunidad”


Así surgió esta propuesta. Centrándonos en las personas. Lo dirigimos a todos aquellos que quieran conectar con su capacidad de expresión corporal a través de la voz y los ritmos flamencos, sintiendo las emociones. Para desbloquear tensiones y acercarnos al goce de vivir. No es necesario tener nociones de canto ni de música.

No vais a ser meros observadores que se limitan a aplaudir, no vais a ser alumnos concentrados simplemente en reproducir letras o ritmos. Os vamos a dar la oportunidad de entrar en vosotros, en ver qué resuena en vosotros a partir de las canciones, de la percusión, de los ritmos. Dejaros sorprender por el cuerpo, su movimiento, dejar salir de dentro a fuera a partir del despertar que os vamos a facilitar. Vosotros sois los protagonistas,
Vais a crear, vais a ser”.

“Abrid los ojos, experimentad con las miradas, las que se clavan, las esquivas, las que se niegan, las que imploran…”

“Vamos a despertar los cuerpos, a dar la oportunidad de adueñarnos de partes dormidas, silenciadas… Vamos a habitar nuestro cuerpo para poder decir bien fuerte YO SOY”
“vamos a dar fuerza a nuestras manos, a dejar salir la voz”
“vamos a permitirnos llorar y daremos libre salida al quejío”
“Vamos a vernos y ver al grupo, entraremos en ritmos conjuntos, aprenderemos a armonizar desde el contacto sensitivo, crearemos un todo y gozaremos por ser parte de ello”





1 comentario:

psicologo online dijo...

La verdad es que sí, tengo algunos clientes que les ha ido mejor probando el flamenco y con la relajación que inspira al practicarlo, tengo que probarlo