lunes, 6 de abril de 2015

BIOFUNCIONAL

Hace ya un tiempo rescaté este término. Esta palabra que habla de vida y de funcionalidad. ¿Se ha escuchado en algún lugar?, ¿se ha leído?, ¿suena de algo a la gente?. Poco, creo que muy poco. Es curioso porque otros términos, quizás hasta más raros y hasta poco pronunciables, sí empiezan a tener un hueco en las conversaciones, y los vamos incorporando con cierta familiaridad. Ummm, iba a poner algunos ejemplos, pero me he frenado, no me apetece.
El caso es que éste sí que quiero desde aquí destacarlo y hablar un poco de él, de su historia. "Biofuncional". Yo lo he empezado a emplear en mis talleres de movimiento y expresión, esos que han tomado matices de erotismo, como no ha podido ser de otro modo, de danza, por supuesto, y de organicidad. Esos talleres que siento que salen naturalmente de mí, por mi vida, por lo que he recibido y hasta mamado.
Mi particular enfoque, con los mediadores que he aprendido a utilizar, ya sean pañuelos, máscaras, bombines o luces, me viene como resultado de mi trayecto. Como si fuera el curso de un río, mi vida me ha llevado a crear estos talleres, y llevar estos grupos de gente que se va acercando, se va interesando, y entra, poco a poco, en la harmonía de movimientos muy vivos, que salen de dentro, que no atienden a estéticas. Desde estar con uno mismo, vamos buscando al grupo, siguiendo el ritmo que nace en cada cual, y una vez en el grupo, vamos notándonos reconocidos y entrando en dinámicas muy particulares de expresión. El ambiente lo permite, lleva a soltarse y a dejar que vaya el cuerpo por delante de nosotros, que nos sorprenda...
Mi querido colega Helder Vera, allá por los tiempos de formación que compartimos en Valencia, compartió también conmigo su dedicación a la danza biofuncional, como él llamó. A su estilo, el mismo enfoque, dejar que la vida vaya apareciendo en el ser humano, que vaya vitalizándose el cuerpo buscando el placer de moverse. Término éste, biofuncional, que empleó Wilhelm Reich para referirse a eso, a lo que es útil para la vida, lo que nos va bien, lo que nos energetiza. Helder, con su procedencia, con su historia, hizo en su momento (y si no hace ahora le animo encarecidamente a que siga en ello) sus ricas propuestas de danzas tribales, rotundas, (recuerdo), fascinantes... México en estado puro.
Lo mío lo recojo de mis juegos familiares de niña, de hija de inmigrantes en una tierra en la que se empezaba  de nuevo y había prósperos horizontes... lo mío viene, lo sé, de mujeres sencillas que iban a lavar al río y hacían una fiesta... y manteaban a sus pequeños y jugaban a la gallina ciega a veces, o a la silla con canciones... lo mío tiene tintes andaluces. Luego he añadido barnices, y formación, y ahora en concreto estoy encantada y vibro con el movimiento orgánico de Alfa Institut.
En cualquier caso, se trata de ayudar a que la vida viva en nosotros. Como me ha dicho Helder hace poco:



¡Biofuncionemos!. Es una invitación.

(foto tomada en uno de los últimos talleres, en Manantial de Luz, Barcelona)

1 comentario:

Unknown dijo...

Interesante,mostrar la vida a través del movimiento del cuerpo.